Cuando el Parque Nacional Madidi se formó 1995, muchas comunidades Tacana se mostraron indignados por la invasión del gobierno de Bolivia en sus tierras. Parecía que la formación del parque fue un paso adelante para la conservación, sino un retroceso para sus habitantes. San Miguel fue una de las comunidades cuya caza y tradiciones agrícolas antiguas fueron puestos en peligro por la formación de Madidi. Muchos pueblos luchaban la idea de un área protegida, y continuaron las actividades extractivas como la tala, la caza y la agricultura de tala y quema.
San Miguel decidió abordar el problema desde un ángulo diferente. En lugar de luchar contra las nuevas leyes inevitables de la zona protegida, decidieron buscar medios económicos alternativos. Es entonces cuando ocurrió la idea de crear una casa de campo cuyo producto principal es la celebración de la cultura Tacana, así como la increíble biodiversidad de la Amazonía boliviana.